BIENVENIDOS
Siempre hay un momento en la vida de los hombres en que se plantean la misma pregunta ¿Estamos solos en ese universo? Hay algo allí afuera, y nos observa. Pero... ¿Quieren la verdad, amigos? ¿Es eso lo que realmente quieren? Déjenme hacerles una pregunta primero: ¿Acaso pueden ustedes resistir la verdad?
29.11.09
OVNI VILLA GIARDINO
Nuestro amigo Roberto Ortega colabora con el siguiente video, capturando un ovni en Villa Giardino, Córdoba. disfrútenlo:
28.11.09
28.10.09
OVNI SOBRE SANTIAGO!
30.6.09
FLOTILLA OVNI FILMADA SOBRE BS. AS. JUNIO 2009!!!!
El video muestra una impresionante flotilla de ovnis de geometría variable filmada sobre Buenos Aires por el excelente investigador ovni Cristian Soldano, quien desde su espectacular sitio ORBITAL VISION nos autiorizara a difundir las imágenes. Que las disfruten.
28.6.09
OSNIS EN PUNTA ALTA.
José Luis Peralta es un conocido pescador de altura que vive en Punta Alta, al sur de la Pcia de Bs. As.
Su actividad es organizar excursiones de pesca mar adentro junto a su hijo Javier “el zurdo” Peralta, siendo su especialidad los tiburones y en menor medida la variada de altura a bordo de un moderno y veloz barco 15 mts de eslora.
Se comunicó con nosotros sabiendo de nuestra seriedad y a continuación nos deja este impresionante testimonio de su encuentro con un OSNI (objeto sumergido no identificado).
El 11 de junio de 2005 a las 5:30 hs A.M. zarpó con su barco “Stella Maris II” junto a 8 entusiastas pescadores aficionados en busca de una buena jornada de pesca variada.
Todavía era noche cerrada pero una gran luna y las enormes estrellas que iluminaban el cielo hacían presagiar un día excelente.
El mar tranquilo favorecía la navegación a una buena velocidad de crucero de 12 nudos, por lo que llegarían más temprano de lo pensado.
Pasada una hora de travesía Javier encendió el sonar y lanzó la ecosonda con el fin de detectar los primeros cardúmenes, haciendo un barrido submarino tanto lateral como de profundidad.
A la hora de travesía, siendo las 6:30 A.M. el sonar hizo contacto con algo impensado, increíble: A unos 60 pies de profundidad, un objeto sólido de aproximadamente unos 25 metros de diámetro se encontraba exactamente debajo del “Stella Maris”.
Asombrado, Javier, avisó la novedad a su padre que se encontraba al timón, quien procedió a detener la marcha y comunicar a los pescadores lo que informaban la ecosonda y el sonar.
Lejos de asustarse y movidos por una gran curiosidad decidieron reducir la marcha y rodear el extraño objeto.
Al ser aún de noche no podían ver nada bajo el barco, razón por la cual prepararon un potente reflector de 100 watios a 24 voltios, para tratar de ver algo.
A 15 minutos del 1º contacto procedieron a iluminar el agua y vieron un gran objeto metálico color gris que al ser iluminado en fracción de segundos se encendió de un color rojo fluorescente e inmediatamente se movió bajo el agua a una asombrosa velocidad que lo puso a 3000 mts de la proa del barco.
El barco se convirtió instantáneamente en un pandemoniun, con los pescadores presas del pánico corriendo por el barco, por lo que Jose Luis puso a toda máquina y giró bruscamente rumbo a la costa.
Justo cuando comenzaban la veloz maniobra, vieron como a estribor el objeto rojizo, salía disparado del mar iluminando el cielo como si fuera una bola de fuego roja, similar al sol en las puestas sobre el mar.
Javier, que se encontraba todo el tiempo monitoreando las pantallas de los instrumentos observó un movimiento increible, ya que el OSNI se detuvo en seco a 20 o 25 km y tomó rumbo directo al “Stella Maris II” que estaba en plena huída.
No alcanzó a comunicarle la novedad a su padre que en segundos el OSNI estaba sobre los palos de antena y de radar del barco emitiendo un ruido ensordecedor que podría asimilarse al ruido de las fuertes interferencias de radios o televisión. Ya no emitía una luz roja, sino que iluminaba todo el barco y sus alrededores con una cegadora luz blanca de una intensidad indescriptible.
Los pescadores en ese momento atinaron cada uno a refugiarse donde podían en el barco, mientras José Luis en una muestra de frialdad y serenidad admirables seguía firme al timón acelerando a fondo dominando al miedo que obviamente también tenia.
Javier trataba de comunicarse con la Prefectura pidiendo nerviosamente auxilio, aunque esto se tornaba imposible debido a una estática y falta de señal causada evidentemente por el OSNI.
Y cuando todo hacía presagiar lo peor, el OSNI tomó rumbo a 90º despareciendo súbitamente de la vista de los pescadores y la pantalla del radar.
El resto de la travesía de vuelta, se realizó a toda marcha en medio una gran tensión y de un nervioso silencio alterado únicamente por la comunicación de radio con Prefectura que estaba siendo alertada del misterioso suceso. Muchos pantalones se ensuciaron esa noche, pero esa es otra maldita historia.
Su actividad es organizar excursiones de pesca mar adentro junto a su hijo Javier “el zurdo” Peralta, siendo su especialidad los tiburones y en menor medida la variada de altura a bordo de un moderno y veloz barco 15 mts de eslora.
Se comunicó con nosotros sabiendo de nuestra seriedad y a continuación nos deja este impresionante testimonio de su encuentro con un OSNI (objeto sumergido no identificado).
El 11 de junio de 2005 a las 5:30 hs A.M. zarpó con su barco “Stella Maris II” junto a 8 entusiastas pescadores aficionados en busca de una buena jornada de pesca variada.
Todavía era noche cerrada pero una gran luna y las enormes estrellas que iluminaban el cielo hacían presagiar un día excelente.
El mar tranquilo favorecía la navegación a una buena velocidad de crucero de 12 nudos, por lo que llegarían más temprano de lo pensado.
Pasada una hora de travesía Javier encendió el sonar y lanzó la ecosonda con el fin de detectar los primeros cardúmenes, haciendo un barrido submarino tanto lateral como de profundidad.
A la hora de travesía, siendo las 6:30 A.M. el sonar hizo contacto con algo impensado, increíble: A unos 60 pies de profundidad, un objeto sólido de aproximadamente unos 25 metros de diámetro se encontraba exactamente debajo del “Stella Maris”.
Asombrado, Javier, avisó la novedad a su padre que se encontraba al timón, quien procedió a detener la marcha y comunicar a los pescadores lo que informaban la ecosonda y el sonar.
Lejos de asustarse y movidos por una gran curiosidad decidieron reducir la marcha y rodear el extraño objeto.
Al ser aún de noche no podían ver nada bajo el barco, razón por la cual prepararon un potente reflector de 100 watios a 24 voltios, para tratar de ver algo.
A 15 minutos del 1º contacto procedieron a iluminar el agua y vieron un gran objeto metálico color gris que al ser iluminado en fracción de segundos se encendió de un color rojo fluorescente e inmediatamente se movió bajo el agua a una asombrosa velocidad que lo puso a 3000 mts de la proa del barco.
El barco se convirtió instantáneamente en un pandemoniun, con los pescadores presas del pánico corriendo por el barco, por lo que Jose Luis puso a toda máquina y giró bruscamente rumbo a la costa.
Justo cuando comenzaban la veloz maniobra, vieron como a estribor el objeto rojizo, salía disparado del mar iluminando el cielo como si fuera una bola de fuego roja, similar al sol en las puestas sobre el mar.
Javier, que se encontraba todo el tiempo monitoreando las pantallas de los instrumentos observó un movimiento increible, ya que el OSNI se detuvo en seco a 20 o 25 km y tomó rumbo directo al “Stella Maris II” que estaba en plena huída.
No alcanzó a comunicarle la novedad a su padre que en segundos el OSNI estaba sobre los palos de antena y de radar del barco emitiendo un ruido ensordecedor que podría asimilarse al ruido de las fuertes interferencias de radios o televisión. Ya no emitía una luz roja, sino que iluminaba todo el barco y sus alrededores con una cegadora luz blanca de una intensidad indescriptible.
Los pescadores en ese momento atinaron cada uno a refugiarse donde podían en el barco, mientras José Luis en una muestra de frialdad y serenidad admirables seguía firme al timón acelerando a fondo dominando al miedo que obviamente también tenia.
Javier trataba de comunicarse con la Prefectura pidiendo nerviosamente auxilio, aunque esto se tornaba imposible debido a una estática y falta de señal causada evidentemente por el OSNI.
Y cuando todo hacía presagiar lo peor, el OSNI tomó rumbo a 90º despareciendo súbitamente de la vista de los pescadores y la pantalla del radar.
El resto de la travesía de vuelta, se realizó a toda marcha en medio una gran tensión y de un nervioso silencio alterado únicamente por la comunicación de radio con Prefectura que estaba siendo alertada del misterioso suceso. Muchos pantalones se ensuciaron esa noche, pero esa es otra maldita historia.
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23.6.09
CHARLIE GORVMANN. EL HOMBRE QUE BRINDO AYUDA A LOS TRIPULANTES DE UN OVNI
Todavía aturdido por la increíble experiencia vivida junto a Marian de Connecticut, Willie De Nard trataba infructuosamente de dar con el misterioso Charlie Gorvmann, un personaje enigmático que ya lo había citado en 4 lugares diferentes de Connecticut sin que se hubiera presentado o cancelando de improviso dichas reuniones, según él por razones de seguridad.
Pero al fin y al cabo y cuando Willie daba por terminado el asunto, el escurridizo Charlie Gorvmann por fin se presentaría en el estacionamiento de un motel a las afueras de New Heaven.
Charlie tenía razones valederas para ser tan esquivo y desconfiado, ya que lo que tenía para transmitirnos era un testimonio invalorable.
Charlie Gorvmann, 46 años, oriundo de Hartford, es un viajante de comercio de una importante firma de enseres de cocina. A recorrido el país de costa a costa a lo largo de 15 años y esto le ocurrió la noche del 13 de julio de 2002.
Había salido de Flagstaff; Arizona, tomando la ruta 66 al caer la tarde con el fin de llegar a Los Ángeles a la mañana del día siguiente, previa escalas en San Bernardino y Pomona donde debía efectuar entregas de productos.
El viaje transcurría tranquilo en la monotonía del desierto cuando a las 21 hs. aproximadamente, observó como a la vera de la ruta, salido de la noche, un hombre de baja estatura le hacía señas pidiendo que detuviera su marcha.
Charlie detuvo su fiel Oldsmobile Cutlass junto al hombre quien al acercarse a la ventanilla sin mediar saludo le preguntó en tono preocupado si tenía agua. A lo que Charlie contestó que solo tenía agua destilada para el radiador en dos bidones, a lo cual el extraño hombre le contestó que no importaba la clase que fuera ya que necesitaba el agua en forma imperiosa.
Mientras descendía del auto rumbo al baúl del mismo, Charlie pudo observar bien a este hombre: Medía entre 1,60 0 1,50 mts de alto, de delgada contextura, cabello rubio casi blanco, de piel muy blanca y lampiña, frente muy pronunciada y ojos muy claros. Igualmente lo que más le llamó la atención fue su vestimenta que era una especie de bata de laboratorio blanca que le pasaba las rodillas e iba sujeta con una especie de cinturón color beige, pantalones y zapatos.
Al darle los bidones, el hombre le pidió que por favor lo ayude a llevarlos (eran de 10 litros cada uno y la contextura delgada le impedía cargar con ellos), así que cargaron uno cada uno y se dirigieron 200 mts fuera de la ruta, donde las luces del Oldsmobile apenas se veían y la luz provenía de la linterna de Charlie que iba de a poco divisando dentro de la zona de sombras un increíble objeto circular.
El objeto era de un material que sería una especie de mezcla de vidrio con metal, intensamente frío, de un color entre negro y azul pero que tornasolaba según le daba la luz de la linterna, de unos 15 a 20 mts de diámetro por 4 mts de alto apoyado en 3 patas, del vientre del mismo descendía una especie de rampa que conducía hacia el interior del aparto que se encontraba iluminado.
En ese momento Charlie se detuvo debido a la sorpresa y temor por lo desconocido, pero el hombre le pidió con un gesto amable que no se asustara y que lo acompañara al interior a llevar los bidones de agua.
Armado de valor procedió a subir a la nave, seguido detrás por el extraño.
Lo que pudo observar fue una sala totalmente circular, en la cual había otros 4 hombres similares al extraño tanto físicamente como en su vestimenta, pero uno de los cuales estaba recostado sobre lo que parecía ser un panel y según podía entender por lo que veía, este hombre habría sufrido un accidente y se habría quemado.
Charlie se ofreció a revisar al herido explicando que sabía de primeros auxilios ya que había formado parte del Cuerpo de Marines por varios años y en la 1º Guerra del Golfo había asistido a varios camaradas víctima de quemaduras.
Los restantes 4 hombres le hicieron un gesto para que se detenga y no lo dejaron avanzar más allá de la rampa de entrada, a lo cual por razones obvias Charlie accedió.
Cuando le pregunté si pudo observar en detalle el interior de la nave, Charlie me contestó que si bien desde fuera no se observaban aberturas, desde dentro gran parte de la nave era como vidriada ya que podía observarse al exterior. A su vez no pude efectuar una descripción fiel de los paneles ni del tipo de mandos ni sistema de propulsión ya que no vió dentro de la misma nada comparable con la tecnología actual en La Tierra, ni siquiera comparable a lo que aparece en la películas de ciencia ficción y que si bien la sala estaba iluminada no podía observar bien de donde salían las luces, era como si la luz emanara de las mismas paredes de la nave.
El extraño hombre procedió a llevar los bidones de a uno por vez hacia donde estaban los otros 4 hombres e inmediatamente le invitó a abandonar la nave no sin antes agradecerle la ayuda.
Antes de bajar la rampa, el hombre le preguntó a Charlie si había algo que quisiera saber o conocer.
Charlie entonces le preguntó de donde provenían y el extraño le respondió: “DE AQUÍ MISMO”. Charlie sorprendido le repreguntó lo mismo y por respuesta recibió “DE OTRO TIEMPO”. Lejos de quedarse mudo, siguió preguntado por los motores: “NO TENEMOS”. Por como viajan: “ANULAMOS LA GRAVEDAD POR UNA ESPECIE DE ELECTROIMAN QUE DESARROLLA LA VELOCIDAD DE LA LUZ”. Y acto seguido el extraño dio por terminada la charla, le sonrió, lo acompañó hasta abajo de la nave y le volvió a agradecer y le indicó que retorne a su auto.
Charlie Gorvmann, obedeció sin cuestionarlo, volvió a la ruta y subió al Oldsmobile pensando en buscar un lugar donde dormir ya que la soledad y su mente tal vez le habían jugado una mala pasada.
Al otro día despertó pensando que había pasado los más increíbles 40 minutos de su vida y que tal vez lo había soñado todo, pero sentía que recordaba todo muy vívido, con perfección y que de ser un sueño lo habría olvidado ya que nunca puede recordar un sueño.
No obstante, para asegurarse, revisó el baúl y faltaban los dos bidones de 10 litros de agua. Por lo que volvió urgente al lugar en el desierto donde creía haberse detenido y luego de 2 hs de búsqueda lo encontró y observó las huellas más extrañas que jamás hubiera visto.
Esta experiencia le ha trastornado a Charlie su existencia, causando crisis en su familia desde la primera vez que lo contó y cada vez que trata de contarlo, razón por la cual ha cuidado siempre de mantener en secreto.
Pero conociendo la seriedad de nuestro trabajo y el trato que brindamos a nuestros testigos, se decidió por fin a dar a conocer su extraordinaria experiencia.
La capacidad y preparación de Charlie Gorvmann proporciona a este caso un valor extraordinario, ya que estamos en presencia de un testigo que ha tenido el privilegio de estar sobre un OVNI y de entablar una charla con uno de sus tripulantes. Y no solo eso. CHARLIE GORVMANN ES EL HOMBRE QUE BRINDO AYUDA A LOS TRIPULANTES DE UN OVNI.
Pero al fin y al cabo y cuando Willie daba por terminado el asunto, el escurridizo Charlie Gorvmann por fin se presentaría en el estacionamiento de un motel a las afueras de New Heaven.
Charlie tenía razones valederas para ser tan esquivo y desconfiado, ya que lo que tenía para transmitirnos era un testimonio invalorable.
Charlie Gorvmann, 46 años, oriundo de Hartford, es un viajante de comercio de una importante firma de enseres de cocina. A recorrido el país de costa a costa a lo largo de 15 años y esto le ocurrió la noche del 13 de julio de 2002.
Había salido de Flagstaff; Arizona, tomando la ruta 66 al caer la tarde con el fin de llegar a Los Ángeles a la mañana del día siguiente, previa escalas en San Bernardino y Pomona donde debía efectuar entregas de productos.
El viaje transcurría tranquilo en la monotonía del desierto cuando a las 21 hs. aproximadamente, observó como a la vera de la ruta, salido de la noche, un hombre de baja estatura le hacía señas pidiendo que detuviera su marcha.
Charlie detuvo su fiel Oldsmobile Cutlass junto al hombre quien al acercarse a la ventanilla sin mediar saludo le preguntó en tono preocupado si tenía agua. A lo que Charlie contestó que solo tenía agua destilada para el radiador en dos bidones, a lo cual el extraño hombre le contestó que no importaba la clase que fuera ya que necesitaba el agua en forma imperiosa.
Mientras descendía del auto rumbo al baúl del mismo, Charlie pudo observar bien a este hombre: Medía entre 1,60 0 1,50 mts de alto, de delgada contextura, cabello rubio casi blanco, de piel muy blanca y lampiña, frente muy pronunciada y ojos muy claros. Igualmente lo que más le llamó la atención fue su vestimenta que era una especie de bata de laboratorio blanca que le pasaba las rodillas e iba sujeta con una especie de cinturón color beige, pantalones y zapatos.
Al darle los bidones, el hombre le pidió que por favor lo ayude a llevarlos (eran de 10 litros cada uno y la contextura delgada le impedía cargar con ellos), así que cargaron uno cada uno y se dirigieron 200 mts fuera de la ruta, donde las luces del Oldsmobile apenas se veían y la luz provenía de la linterna de Charlie que iba de a poco divisando dentro de la zona de sombras un increíble objeto circular.
El objeto era de un material que sería una especie de mezcla de vidrio con metal, intensamente frío, de un color entre negro y azul pero que tornasolaba según le daba la luz de la linterna, de unos 15 a 20 mts de diámetro por 4 mts de alto apoyado en 3 patas, del vientre del mismo descendía una especie de rampa que conducía hacia el interior del aparto que se encontraba iluminado.
En ese momento Charlie se detuvo debido a la sorpresa y temor por lo desconocido, pero el hombre le pidió con un gesto amable que no se asustara y que lo acompañara al interior a llevar los bidones de agua.
Armado de valor procedió a subir a la nave, seguido detrás por el extraño.
Lo que pudo observar fue una sala totalmente circular, en la cual había otros 4 hombres similares al extraño tanto físicamente como en su vestimenta, pero uno de los cuales estaba recostado sobre lo que parecía ser un panel y según podía entender por lo que veía, este hombre habría sufrido un accidente y se habría quemado.
Charlie se ofreció a revisar al herido explicando que sabía de primeros auxilios ya que había formado parte del Cuerpo de Marines por varios años y en la 1º Guerra del Golfo había asistido a varios camaradas víctima de quemaduras.
Los restantes 4 hombres le hicieron un gesto para que se detenga y no lo dejaron avanzar más allá de la rampa de entrada, a lo cual por razones obvias Charlie accedió.
Cuando le pregunté si pudo observar en detalle el interior de la nave, Charlie me contestó que si bien desde fuera no se observaban aberturas, desde dentro gran parte de la nave era como vidriada ya que podía observarse al exterior. A su vez no pude efectuar una descripción fiel de los paneles ni del tipo de mandos ni sistema de propulsión ya que no vió dentro de la misma nada comparable con la tecnología actual en La Tierra, ni siquiera comparable a lo que aparece en la películas de ciencia ficción y que si bien la sala estaba iluminada no podía observar bien de donde salían las luces, era como si la luz emanara de las mismas paredes de la nave.
El extraño hombre procedió a llevar los bidones de a uno por vez hacia donde estaban los otros 4 hombres e inmediatamente le invitó a abandonar la nave no sin antes agradecerle la ayuda.
Antes de bajar la rampa, el hombre le preguntó a Charlie si había algo que quisiera saber o conocer.
Charlie entonces le preguntó de donde provenían y el extraño le respondió: “DE AQUÍ MISMO”. Charlie sorprendido le repreguntó lo mismo y por respuesta recibió “DE OTRO TIEMPO”. Lejos de quedarse mudo, siguió preguntado por los motores: “NO TENEMOS”. Por como viajan: “ANULAMOS LA GRAVEDAD POR UNA ESPECIE DE ELECTROIMAN QUE DESARROLLA LA VELOCIDAD DE LA LUZ”. Y acto seguido el extraño dio por terminada la charla, le sonrió, lo acompañó hasta abajo de la nave y le volvió a agradecer y le indicó que retorne a su auto.
Charlie Gorvmann, obedeció sin cuestionarlo, volvió a la ruta y subió al Oldsmobile pensando en buscar un lugar donde dormir ya que la soledad y su mente tal vez le habían jugado una mala pasada.
Al otro día despertó pensando que había pasado los más increíbles 40 minutos de su vida y que tal vez lo había soñado todo, pero sentía que recordaba todo muy vívido, con perfección y que de ser un sueño lo habría olvidado ya que nunca puede recordar un sueño.
No obstante, para asegurarse, revisó el baúl y faltaban los dos bidones de 10 litros de agua. Por lo que volvió urgente al lugar en el desierto donde creía haberse detenido y luego de 2 hs de búsqueda lo encontró y observó las huellas más extrañas que jamás hubiera visto.
Esta experiencia le ha trastornado a Charlie su existencia, causando crisis en su familia desde la primera vez que lo contó y cada vez que trata de contarlo, razón por la cual ha cuidado siempre de mantener en secreto.
Pero conociendo la seriedad de nuestro trabajo y el trato que brindamos a nuestros testigos, se decidió por fin a dar a conocer su extraordinaria experiencia.
La capacidad y preparación de Charlie Gorvmann proporciona a este caso un valor extraordinario, ya que estamos en presencia de un testigo que ha tenido el privilegio de estar sobre un OVNI y de entablar una charla con uno de sus tripulantes. Y no solo eso. CHARLIE GORVMANN ES EL HOMBRE QUE BRINDO AYUDA A LOS TRIPULANTES DE UN OVNI.
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INVESTIGACIONES,
TESTIMONIOS
17.6.09
TRIPULANTES DE UN OVNI PERSIGUEN A UN CAMIONERO EN ENTRE RIOS
Es muy conocida la actividad de OVNIS en la zona de la Mesopotamia argentina, especialmente en Entre Ríos. Cientos de avistamiento de aparatos y humanoides se acumulan cada años en dicha zona. Hacia allí se dirigió John Van Allon a fin de recabar informes de primera mano.
Estando en Concordia, coqueta ciudad de la provincia mencionada, hablando con gente del lugar, varias personas le comentaron que había un camionero, un hombre muy querido del lugar, que en Febrero de 2007 había tenido un encuentro terrorífico con un OVNI en la ruta. Vecinos de éste hombre le indicaron a John que podía ubicarlo en el playón de la empresa y hacia allí se dirigió.
Así fue como pudo tomar contacto con Juan Rufino Villalba, de 32 años, camionero desde los 18 años al servicio de Transportes V-A, cubriendo el trayecto Buenos Aires – Concordia transportando bebidas gaseosas y en ocasiones efectuando el reparto por los pueblos vecinos de dicha carga.
Juan Rufino Villalba, un hombre simple, bonachón y sincero en el trato, goza del cariño de sus compañeros y vecinos, no tuvo mayores inconvenientes para relatar su historia.
Así fue como al atardecer, al terminar su tarea, rodeado de sus patrones y choferes compañeros, que guardaban un silencio respetuoso y prestaban atención como si fuera la primera vez que escucharan el relato, Juan Rufino empezó su narración.
El día 6 de febrero de 2007 Juan Rufino Villalba tenía que efectuar un reparto de gaseosas por pueblos cercanos a Concordia, (Benito Legeren, Calabacilla, Puerto Yeruá, etc), como hacía habitualmente.
Saliendo del pequeño pueblo de Nueva Escocia, para tomar la ruta 14 rumbo a Pedernal, pudo observar en el campo, a la derecha de la ruta como a 300 mts, cerca del arroyo Rabón, lo que Juan Rufino llamó “un plato volador”.A plena luz del día, en plena mañana.
Si bien Juan Rufino había escuchado cientos de veces historias de “platos voladores” por todo Entre Ríos, ésta vez el protagonista era él.
Así que detuvo la marcha del camión y se bajó para poder observarlo más de cerca. Pudo ver que era metálico, que medía 10 mts más o menos, que no tenía aberturas y que era completamente liso, sin aristas. Que estaba apoyado con tres patas de algo mas de 1 metro de alto.
Cuando estaba aproximadamente a unos 50 mts, del aparato, de la nada surgen 2 entidades muy altas al frente del aparato.
Juan Rufino dice que no sabe de donde ni cómo bajaron los seres de la nave ya que no tenía aberturas. Y a los seres los describe como de más de 2,50 mts de alto y que estaban vestidos con un traje enterizo similar al de los buzos, muy apretado al cuerpo y tal vez de caucho o látex, pero no puede recordar bien los rostros, ya que ni bien los vió salir, solo atinó a tirarse cuerpo a tierra sobre la maleza, ya que los humanoides lo podían ver.
Mientras estaba oculto observó como los seres altos entraban nuevamente en la nave, sin que hubiera abertura alguna a la vista del ojo humano e inmediatamente Juan Rufino se incorporó, tratando de volver los más rápido posible al camión, que estaba a 200 0 250 mts de la ruta, pero que por las circunstancias parecía estar a 10 km.
Cuando comenzó la huída, Juan Rufino giró la cabeza y pudo ver ahora a 5 de estos seres, que parecían dialogar, cuando en ese instante uno de ellos lo señaló e inmediatamente los 5 humanoides se dirigían hacia él.
El corazón le latía a mil por horas a Juan Rufino, quien se lanzó a correr tratando de volar a campo traviesa sumido en un pánico brutal.
En este punto, Juan Rufino Villalba hizo una pausa en el relato para cebar un mate y John Van Alllon pudo observar la tensión en los rostros de sus compañeros y patrones sentados en rueda y el silencio sepulcral que reinaba, cortado solamente por el canto de algún pájaro y del chorro del agua de la pava sirviéndose en el mate.
Repuesta la garganta, Juan Rufino prosigue.
Cada vez que giraba la cabeza, los 5 hombres estaban cada vez mas cerca por lo que decidió no ir hacia el camión ya que no es un medio apto para efectuar una fuga, sino encarar para el monte y adentrase en su espesura.
Debe haber corrido unos 2 km, él cree (y nosotros también) que en círculos porque calcula que corrió cerca de 15 minutos sin ton ni son.
Sintiendo ya que las fuerzas le fallaban y que los hombres lo tenían rodeado, a los tropezones, descubrió entre la maleza el arroyo Rabón y solo atinó a tirarse de cabeza, hundiéndose lo más que podía en el agua y barro, tratando de no temblar ni emitir sonido alguno, esperando lo peor: ser descubierto.
Al cabo de unos eternos minutos que no puede precisar ya que el terror parecía haber distorsionado la noción del tiempo, levantaba muy despacio la cabeza y sabía que los hombres altos seguían buscándolo peinando una zona como a 20 mts. de donde se ocultaba.
Para ese momento su sangre pareció congelarse ya que vió como se separaban para buscarlo mejor.
Uno de los seres altos se aproximó demasiado pero fue llamado por los otros 4 y no sabe hacia adonde se dirigieron luego.
No puede precisar cuanto tiempo pasó en el arroyo, pero dice que de a poco salió arrastrándose del arroyo evitando hacer ruidos tratando de ubicar el rumbo hacia el camino y encontrar su camión.
Al llegar al camino, su camión estaba intacto y pudo ver que el plato volador ya no estaba. Nunca supo cuando despegó.
Juan Rufino nos cuenta que tardó un tiempo en subir a la cabina del camión por temor a una trampa o que alguno de los hombres altos estuviera esperándolo dentro, por lo que estaba escondido a la vera del camino interno mirando atentamente todo.
Una vez sobre el camión, se dió cuenta que no estaba en condiciones de manejar por lo que llamó por Handy a la empresa pidiendo que lo auxiliaran.
Cuando sus compañeros llegaron al lugar, les relató lo ocurrido y no atinaron siquiera a verificar si había huellas o marcas en el lugar, dado que todos fueron víctimas del miedo y subieron rápidamente a Juan Rufino a la camioneta y seguidos del camión se dirigieron al hospital de Concordia, ya que nuestro amigo estaba muy nervioso y muy cortado por la maleza.
Terminado el relato, John agradeció a los rubicundos muchachos por el tiempo dispensado, repartió cigarrillos y tarjetas personales a todo el mundo (para mantenerse en contacto, por si se producían nuevos avistamientos) y se alejó pensativamente del lugar de la reunión. De fondo, las risas anunciaban que la ronda de mate se renovaba, y también los cuentos.
Tal vez algún lector dude de los dichos de Villaba. Sería lo más sencillo, la eterna pose defensiva del escéptico. Es entendible. Pero ese hombre no mentía. Y solo para confirmar lo que el corazón ya le había anticipado, John continuó la investigación. Revisando las crónicas del lugar, notó que varios diarios zonales publicaron noticias de luces sobre el campo la misma noche de los acontecimientos relatados por el camionero. Y extrañas quemaduras circulares fueron observadas por los puesteros del lugar, las que tardaron varias semanas en borrarse.
Asimismo, el relato de Juan coincide en tiempo y apariencia con avistamientos registrados un poco más al norte, en plenos esteros del Iberá. Testigos correntinos confirmarían posteriormente muchos datos respecto de estos seres gigantescos y agregarían muchos más en relatos que serán objeto de próximas publicaciones de este espacio.
Pero, antes de finalizar, me gustaría resaltar el temple y el valor del protagonista de este contacto tan cercano. Es que si ese rudo hombre de trabajo podía continuar con su vida normal después de semejante experiencia (cuando en numerosos casos análogos el protagonista se desmorona psicológicamente) creo que merece nuestro respeto y admiración. Ojala existieran muchos más Juan Rufino Villalbas por las rutas argentinas.
Estando en Concordia, coqueta ciudad de la provincia mencionada, hablando con gente del lugar, varias personas le comentaron que había un camionero, un hombre muy querido del lugar, que en Febrero de 2007 había tenido un encuentro terrorífico con un OVNI en la ruta. Vecinos de éste hombre le indicaron a John que podía ubicarlo en el playón de la empresa y hacia allí se dirigió.
Así fue como pudo tomar contacto con Juan Rufino Villalba, de 32 años, camionero desde los 18 años al servicio de Transportes V-A, cubriendo el trayecto Buenos Aires – Concordia transportando bebidas gaseosas y en ocasiones efectuando el reparto por los pueblos vecinos de dicha carga.
Juan Rufino Villalba, un hombre simple, bonachón y sincero en el trato, goza del cariño de sus compañeros y vecinos, no tuvo mayores inconvenientes para relatar su historia.
Así fue como al atardecer, al terminar su tarea, rodeado de sus patrones y choferes compañeros, que guardaban un silencio respetuoso y prestaban atención como si fuera la primera vez que escucharan el relato, Juan Rufino empezó su narración.
El día 6 de febrero de 2007 Juan Rufino Villalba tenía que efectuar un reparto de gaseosas por pueblos cercanos a Concordia, (Benito Legeren, Calabacilla, Puerto Yeruá, etc), como hacía habitualmente.
Saliendo del pequeño pueblo de Nueva Escocia, para tomar la ruta 14 rumbo a Pedernal, pudo observar en el campo, a la derecha de la ruta como a 300 mts, cerca del arroyo Rabón, lo que Juan Rufino llamó “un plato volador”.A plena luz del día, en plena mañana.
Si bien Juan Rufino había escuchado cientos de veces historias de “platos voladores” por todo Entre Ríos, ésta vez el protagonista era él.
Así que detuvo la marcha del camión y se bajó para poder observarlo más de cerca. Pudo ver que era metálico, que medía 10 mts más o menos, que no tenía aberturas y que era completamente liso, sin aristas. Que estaba apoyado con tres patas de algo mas de 1 metro de alto.
Cuando estaba aproximadamente a unos 50 mts, del aparato, de la nada surgen 2 entidades muy altas al frente del aparato.
Juan Rufino dice que no sabe de donde ni cómo bajaron los seres de la nave ya que no tenía aberturas. Y a los seres los describe como de más de 2,50 mts de alto y que estaban vestidos con un traje enterizo similar al de los buzos, muy apretado al cuerpo y tal vez de caucho o látex, pero no puede recordar bien los rostros, ya que ni bien los vió salir, solo atinó a tirarse cuerpo a tierra sobre la maleza, ya que los humanoides lo podían ver.
Mientras estaba oculto observó como los seres altos entraban nuevamente en la nave, sin que hubiera abertura alguna a la vista del ojo humano e inmediatamente Juan Rufino se incorporó, tratando de volver los más rápido posible al camión, que estaba a 200 0 250 mts de la ruta, pero que por las circunstancias parecía estar a 10 km.
Cuando comenzó la huída, Juan Rufino giró la cabeza y pudo ver ahora a 5 de estos seres, que parecían dialogar, cuando en ese instante uno de ellos lo señaló e inmediatamente los 5 humanoides se dirigían hacia él.
El corazón le latía a mil por horas a Juan Rufino, quien se lanzó a correr tratando de volar a campo traviesa sumido en un pánico brutal.
En este punto, Juan Rufino Villalba hizo una pausa en el relato para cebar un mate y John Van Alllon pudo observar la tensión en los rostros de sus compañeros y patrones sentados en rueda y el silencio sepulcral que reinaba, cortado solamente por el canto de algún pájaro y del chorro del agua de la pava sirviéndose en el mate.
Repuesta la garganta, Juan Rufino prosigue.
Cada vez que giraba la cabeza, los 5 hombres estaban cada vez mas cerca por lo que decidió no ir hacia el camión ya que no es un medio apto para efectuar una fuga, sino encarar para el monte y adentrase en su espesura.
Debe haber corrido unos 2 km, él cree (y nosotros también) que en círculos porque calcula que corrió cerca de 15 minutos sin ton ni son.
Sintiendo ya que las fuerzas le fallaban y que los hombres lo tenían rodeado, a los tropezones, descubrió entre la maleza el arroyo Rabón y solo atinó a tirarse de cabeza, hundiéndose lo más que podía en el agua y barro, tratando de no temblar ni emitir sonido alguno, esperando lo peor: ser descubierto.
Al cabo de unos eternos minutos que no puede precisar ya que el terror parecía haber distorsionado la noción del tiempo, levantaba muy despacio la cabeza y sabía que los hombres altos seguían buscándolo peinando una zona como a 20 mts. de donde se ocultaba.
Para ese momento su sangre pareció congelarse ya que vió como se separaban para buscarlo mejor.
Uno de los seres altos se aproximó demasiado pero fue llamado por los otros 4 y no sabe hacia adonde se dirigieron luego.
No puede precisar cuanto tiempo pasó en el arroyo, pero dice que de a poco salió arrastrándose del arroyo evitando hacer ruidos tratando de ubicar el rumbo hacia el camino y encontrar su camión.
Al llegar al camino, su camión estaba intacto y pudo ver que el plato volador ya no estaba. Nunca supo cuando despegó.
Juan Rufino nos cuenta que tardó un tiempo en subir a la cabina del camión por temor a una trampa o que alguno de los hombres altos estuviera esperándolo dentro, por lo que estaba escondido a la vera del camino interno mirando atentamente todo.
Una vez sobre el camión, se dió cuenta que no estaba en condiciones de manejar por lo que llamó por Handy a la empresa pidiendo que lo auxiliaran.
Cuando sus compañeros llegaron al lugar, les relató lo ocurrido y no atinaron siquiera a verificar si había huellas o marcas en el lugar, dado que todos fueron víctimas del miedo y subieron rápidamente a Juan Rufino a la camioneta y seguidos del camión se dirigieron al hospital de Concordia, ya que nuestro amigo estaba muy nervioso y muy cortado por la maleza.
Terminado el relato, John agradeció a los rubicundos muchachos por el tiempo dispensado, repartió cigarrillos y tarjetas personales a todo el mundo (para mantenerse en contacto, por si se producían nuevos avistamientos) y se alejó pensativamente del lugar de la reunión. De fondo, las risas anunciaban que la ronda de mate se renovaba, y también los cuentos.
Tal vez algún lector dude de los dichos de Villaba. Sería lo más sencillo, la eterna pose defensiva del escéptico. Es entendible. Pero ese hombre no mentía. Y solo para confirmar lo que el corazón ya le había anticipado, John continuó la investigación. Revisando las crónicas del lugar, notó que varios diarios zonales publicaron noticias de luces sobre el campo la misma noche de los acontecimientos relatados por el camionero. Y extrañas quemaduras circulares fueron observadas por los puesteros del lugar, las que tardaron varias semanas en borrarse.
Asimismo, el relato de Juan coincide en tiempo y apariencia con avistamientos registrados un poco más al norte, en plenos esteros del Iberá. Testigos correntinos confirmarían posteriormente muchos datos respecto de estos seres gigantescos y agregarían muchos más en relatos que serán objeto de próximas publicaciones de este espacio.
Pero, antes de finalizar, me gustaría resaltar el temple y el valor del protagonista de este contacto tan cercano. Es que si ese rudo hombre de trabajo podía continuar con su vida normal después de semejante experiencia (cuando en numerosos casos análogos el protagonista se desmorona psicológicamente) creo que merece nuestro respeto y admiración. Ojala existieran muchos más Juan Rufino Villalbas por las rutas argentinas.
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15.6.09
CASO DE ABDUCCION Y LEVITACION DE UN AUTO EN SAN LUIS
Luego de haber tomado conocimiento del caso de Edgardo en Potrero de los Funes, en una verdadera demostración de valentía, Horacio Estebanez, oriundo de Villa Mercedes, San Luis tomó contacto con nosotros para relatarnos esta espeluznante historia.
En la madrugada del 8 de Mayo de 2009, a la 1:00 AM, Horacio estaba inquieto, tenso (tal vez presintiendo lo que luego a iba a sufrir), razón por la cual dejó su morada, tomó su Chevrolet 47 rumbo al Caballito Verde, que se encuentra a la vera de la ruta 7 a tomar unos tragos, una ginebra, con gente despierta (según sus palabras).
Una vez alli, luego de departir entre los habitués y la buena compañía del lugar con el correr de las horas su estado anímico era más calmo, y sintió que ya era hora de volver a casa.
Así que se despidió de la gente, subió a su Chevrolet y volvió al casco urbano de Villa Mercedes muy tranquilo ya que la ruta estaba desierta a las 5:30 AM.
A los 5 minutos de comenzado su retornó divisó en el horizonte por el espejo retrovisor unas luces muy brillantes y llamativas que se acercaban a gran velocidad. A un golpe de ojo, en un primer momento pensó que se trataba de los autos Tunning que venían de correr las ya habituales picadas clandestinas puntanas en rutas interiores de la provincia.
A medida que la luz aumentaba en su espejo, también las relacionó instintivamente con unos de los clásicos Expreso Gargano, empresa de camiones enormes que tantos viajes realizan por la Ruta 7, ante lo cual se asustó por que pensó que un camión de tal talla vendría descontrolado por la velocidad que tomaba y que podría embestirlo.
Asi fue como lentamente siguió su marcha sobre la banquina para evitar el brutal golpe cuando para su sorpresa, la luz cegadora ahora se posaba sobre su auto iluminando completamente su interior, realizando interferencias de tipo electrónicas en el auto, así como en la radio ya que el dial cambiaba rápidamente sin detenerse en ninguna estación en particular aunque de fondo Horacio pudo reconocer una canción que repetía como un mantra las palabras “haciendo, haciendo, haciendo lo que más me gusta, haciendo, haciendo…” en medio de toda la interferencia y la confusión del momento.
No obstante Horacio se percato que había perdido el control total de su automovil y que la esfera de luz de unos 10 mts de diámetro que se encontraba sobre su auto lo estaba elevando a unos 5 o 10 mts de alto de la ruta.
La luz se volvió de repente tan intensa que lo cegaba razón por la cual Horacio no puede determinar que rumbo estaba tomando ni la velocidad a la que se estaba desplazando ya que no tiene parámetros para estimarla aunque si recuerda que no podía despegar la espalda y los brazos del asiento por la inercia que llevaba. (nosotros estimamos debido a esto en varias G las gravedades soportadas).
La luz, el volumen de la música y un súbito y ensordecedor zumbido, sumado al pánico por lo que estaba viviendo, hicieron que Horacio se desvaneciera y no puede relatarnos que sucedió desde ese momento hasta las 7:00 AM cuando despertó a la vera del camino en el cruce de la ruta 188 y 148 más precisamente en ¡NUEVA GALIA, 225 KM AL SUR DE Villa Mercedes!
Ayudado por unos camioneros, Horacio fue llevado al Hospital más cercano ya que sentía unas molestias muy grandes en su cuerpo, con mayor intensidad en la zona estomacal y genital.
Médicos del lugar pudieron constatar mediante estudios y radiografías que efectivamente nuestro amigo registraba marcas y rastros que inferían que había sido sometido a algún tipo de auscultamiento en su parte ventral y renal, con preponderancia en la zona genital como asimismo en el tracto rectal.
Asimismo, entrevistados que fueron por Willie De Nard, los médicos no pudieron confirmar que las huellas corporales que efectivamente tenía en el cuerpo nuestro infortunado testigo, fuera causa únicamente del episodio increible que no dejaba de relatarles ante el asombro y descreimiento de los facultativos y policía local presentes en el Hospital ya que lo que sí pudieron comprobar científicamente es que Horacio es aparentemente un aficionado al masaje próstatico.
Willie De Nard no tiene motivos para desconfiar de la sinceridad y nobleza de Don Horacio ya que le relató en persona mil veces lo ocurrido sin entrar en contradicciones. Aunque tambien toma en cuenta la evidencia mostrada por los médicos que lo atendieron.
Recuerden, que como dicen los amigos de MUFON, de los relatos de testigos y avistamientos, sólo un 10% es cierto.
Y sólo ese 10% hace que EVIDENCIA OVNI2 vuelque todos sus esfuerzos y recursos yendo a entrevistar a todos quienes dicen haber tenido un contacto OVNI, no importando el lugar del planeta si está a nuestro alcance.
Porque la búsqueda de la verdad sobre el tema OVNI debe ser buscada y eventualmente REVELADA.
En la madrugada del 8 de Mayo de 2009, a la 1:00 AM, Horacio estaba inquieto, tenso (tal vez presintiendo lo que luego a iba a sufrir), razón por la cual dejó su morada, tomó su Chevrolet 47 rumbo al Caballito Verde, que se encuentra a la vera de la ruta 7 a tomar unos tragos, una ginebra, con gente despierta (según sus palabras).
Una vez alli, luego de departir entre los habitués y la buena compañía del lugar con el correr de las horas su estado anímico era más calmo, y sintió que ya era hora de volver a casa.
Así que se despidió de la gente, subió a su Chevrolet y volvió al casco urbano de Villa Mercedes muy tranquilo ya que la ruta estaba desierta a las 5:30 AM.
A los 5 minutos de comenzado su retornó divisó en el horizonte por el espejo retrovisor unas luces muy brillantes y llamativas que se acercaban a gran velocidad. A un golpe de ojo, en un primer momento pensó que se trataba de los autos Tunning que venían de correr las ya habituales picadas clandestinas puntanas en rutas interiores de la provincia.
A medida que la luz aumentaba en su espejo, también las relacionó instintivamente con unos de los clásicos Expreso Gargano, empresa de camiones enormes que tantos viajes realizan por la Ruta 7, ante lo cual se asustó por que pensó que un camión de tal talla vendría descontrolado por la velocidad que tomaba y que podría embestirlo.
Asi fue como lentamente siguió su marcha sobre la banquina para evitar el brutal golpe cuando para su sorpresa, la luz cegadora ahora se posaba sobre su auto iluminando completamente su interior, realizando interferencias de tipo electrónicas en el auto, así como en la radio ya que el dial cambiaba rápidamente sin detenerse en ninguna estación en particular aunque de fondo Horacio pudo reconocer una canción que repetía como un mantra las palabras “haciendo, haciendo, haciendo lo que más me gusta, haciendo, haciendo…” en medio de toda la interferencia y la confusión del momento.
No obstante Horacio se percato que había perdido el control total de su automovil y que la esfera de luz de unos 10 mts de diámetro que se encontraba sobre su auto lo estaba elevando a unos 5 o 10 mts de alto de la ruta.
La luz se volvió de repente tan intensa que lo cegaba razón por la cual Horacio no puede determinar que rumbo estaba tomando ni la velocidad a la que se estaba desplazando ya que no tiene parámetros para estimarla aunque si recuerda que no podía despegar la espalda y los brazos del asiento por la inercia que llevaba. (nosotros estimamos debido a esto en varias G las gravedades soportadas).
La luz, el volumen de la música y un súbito y ensordecedor zumbido, sumado al pánico por lo que estaba viviendo, hicieron que Horacio se desvaneciera y no puede relatarnos que sucedió desde ese momento hasta las 7:00 AM cuando despertó a la vera del camino en el cruce de la ruta 188 y 148 más precisamente en ¡NUEVA GALIA, 225 KM AL SUR DE Villa Mercedes!
Ayudado por unos camioneros, Horacio fue llevado al Hospital más cercano ya que sentía unas molestias muy grandes en su cuerpo, con mayor intensidad en la zona estomacal y genital.
Médicos del lugar pudieron constatar mediante estudios y radiografías que efectivamente nuestro amigo registraba marcas y rastros que inferían que había sido sometido a algún tipo de auscultamiento en su parte ventral y renal, con preponderancia en la zona genital como asimismo en el tracto rectal.
Asimismo, entrevistados que fueron por Willie De Nard, los médicos no pudieron confirmar que las huellas corporales que efectivamente tenía en el cuerpo nuestro infortunado testigo, fuera causa únicamente del episodio increible que no dejaba de relatarles ante el asombro y descreimiento de los facultativos y policía local presentes en el Hospital ya que lo que sí pudieron comprobar científicamente es que Horacio es aparentemente un aficionado al masaje próstatico.
Willie De Nard no tiene motivos para desconfiar de la sinceridad y nobleza de Don Horacio ya que le relató en persona mil veces lo ocurrido sin entrar en contradicciones. Aunque tambien toma en cuenta la evidencia mostrada por los médicos que lo atendieron.
Recuerden, que como dicen los amigos de MUFON, de los relatos de testigos y avistamientos, sólo un 10% es cierto.
Y sólo ese 10% hace que EVIDENCIA OVNI2 vuelque todos sus esfuerzos y recursos yendo a entrevistar a todos quienes dicen haber tenido un contacto OVNI, no importando el lugar del planeta si está a nuestro alcance.
Porque la búsqueda de la verdad sobre el tema OVNI debe ser buscada y eventualmente REVELADA.
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10.6.09
RUMORES DEL ESPACIO EXTERIOR
Hay veces que en la búsqueda de la verdad nos topamos con historias que nuestra pesada carga de prejuicios terrenales se empecina en rechazar. Esta vez, queridos amigos, los investigadores dudaron. Pero como nuestra consigna es llegar más allá que lo que la razón indicaría, continuamos adelante y nos vimos recompensados.
Todo comenzó durante la estadía de Willie De Nard en los Estados Unidos, donde se había destacado a fin de recibir el controvertido testimonio del viajante de comercio que podrán disfrutar en nuestra próxima entrega. Mientras esperaba que el remiso testigo pusiera fecha a la entrevista, se contactó con nosotros un conocido conductor de la televisión mexicana, en la que lleva adelante uno de los mejores programas sobre el tema. Este amigo nos habló de una persona extraordinaria. Así conocimos a Marian A., corredora de bolsa de Connecticut, quien nos contó un relato más sobre abducciones extraterrestres. Noten el tono casi anodino conque pronuncio estas palabras. Esto es así dado que su historia, en un principio, solo nos pareció una farsa, un fake tomado de algún viejo libro de embustes espaciales, “Amazing Stories”, “Astounding” o alguna similar. El hilo conductor es bien sabido: Situación nocturna, lugar alejado, luces brillantes, inmovilidad, nave espacial, seres alienígenos, una especie de rayo transportador, alguna práctica física a bordo del platillo, eventualmente algún mensaje, vuelta a la Tierra en algún lugar apartado, internación, policía, hipnotismo, etc., etc... Marian parecía conocer el viejo libreto al dedillo. Pero, como nota de interés, su historia incluía una novedad, un final diferente. Lejos de haber sido dañada por los alienígenas, nuestra testigo refiere que estos seres, a los que describió como enanos lampiños y cabezones, se comunicaron telepáticamente con ella desde un comienzo del contacto. La voz principal le habó así:
– Uno de los propósitos de esta expedición es la de comprobar el grado de adaptabilidad del ser humano a otros conocimientos de índole superior, conceptos y ambientes, así como buscar mentes abiertas y receptivas con las cuales establecer contactos de índole mental directa.-
Mientras “paseaban” en el aparato por los alrededores de la ciudad, varios de estos seres se conectaron al mismo tiempo con su mente, como si estuvieran “on line”, puerto a puerto en teleconferencia, y comenzaron a transmitirle enormes cantidades de datos binarios, conocimientos matemáticos, astronómicos, químicos, físicos, así como otras experiencias sensoriales que, según argumenta Marian, le es imposible describir por considerarlas intransferibles a nivel neuronal. Interrogada en profundidad por el perplejo Willie De Nard, Marian no pudo (o no quiso) dar mayores precisiones. Sus descripciones ambiguas y sus negativas de brindar mayores datos por considerar que “los humanos no están listos aún para tratar con estas nociones” desilusionaron a Willie. Según Marian, el alienígena a cargo de la experiencia le trasmitió la satisfacción que sentían por sus reacciones, se habían encontrado con una buena mente receptora capaz de tratar con imágenes y conceptos abstractos, aunque manifestó que si bien su psiquis era satisfactoria no resultaba del todo idónea, toda vez que ciertas penas y frustraciones le habían dejado cicatrices de rencor y de resentimiento, aún cuando esas mismas penas le habían otorgado un buen grado de comprensión y percepción subjetiva. Willie apagó su grabadora, guardó sus papeles y agradeció a la testigo por su tiempo, pensando con ironía que el único tiempo realmente malgastado allí había sido el suyo, cuando Marian se puso de pie y dijo: -"Como prueba de mis dichos, amigo, te mostraré algo para que guardes en tu corazón y revivas cada vez que pienses en este momento." Y dicho esto, Marian comenzó a cantar. Pero no lo hizo de cualquier manera. Un sordo rumor proveniente de su diafragma se abrió paso por su pecho hasta salir por su boca. Notas nunca antes escuchadas se entrelazaban majestuosamente en una sinfonía de singular belleza. Pero no se trataba solo de sonidos, pues un cúmulo de oscilaciones electromagnéticas se elevó por el aire, formando extraños y hermosos dibujos cuasi psicodélicos, plenos de emoción y color. Esa multiplicidad de frecuencias vibratorias levitaba al son de la extraordinaria “música”, generando una empatía en el ambiente, una suerte de psicofonía interestelar plena de frenesí y epifanía. Llegado a un punto de extrema tensión, algo así como el clímax de la experiencia multi sensorial, Marian terminó su canto, y despidió a Willie con deseos de paz y promesas de amistad.
Si bien Willie no pudo filmar ni grabar esta música (Marian se encargó de evitar eso), su perspectiva pasó de ser la de un investigador a la de un testigo presencial, lo que cambió radicalmente su forma de analizar los fenómenos extraterrestres de allí en más, teniendo en cuenta que junto con los contactos del 1º al 3º tipo tan habituales, podían darse situaciones en las que intervienen los pensamientos solidificados del espectador en las manifestaciones de una especie de telehipnosis ideoplástica, que logra fundir lo material con los objetos que carecen de corporeidad con algún componente fisiológico o ectoplasmático.
Había escuchado hablar de las creaciones arquetípicas del inconsciente, en las que el sujeto no resulta mero espectador fortuito de una actividad independiente, sino un perceptor selectivo que toma parte activa inconsciente en la concreta materialización de lo que es oído y observado, pero haberlo experimentado, no tiene precio.
Todo comenzó durante la estadía de Willie De Nard en los Estados Unidos, donde se había destacado a fin de recibir el controvertido testimonio del viajante de comercio que podrán disfrutar en nuestra próxima entrega. Mientras esperaba que el remiso testigo pusiera fecha a la entrevista, se contactó con nosotros un conocido conductor de la televisión mexicana, en la que lleva adelante uno de los mejores programas sobre el tema. Este amigo nos habló de una persona extraordinaria. Así conocimos a Marian A., corredora de bolsa de Connecticut, quien nos contó un relato más sobre abducciones extraterrestres. Noten el tono casi anodino conque pronuncio estas palabras. Esto es así dado que su historia, en un principio, solo nos pareció una farsa, un fake tomado de algún viejo libro de embustes espaciales, “Amazing Stories”, “Astounding” o alguna similar. El hilo conductor es bien sabido: Situación nocturna, lugar alejado, luces brillantes, inmovilidad, nave espacial, seres alienígenos, una especie de rayo transportador, alguna práctica física a bordo del platillo, eventualmente algún mensaje, vuelta a la Tierra en algún lugar apartado, internación, policía, hipnotismo, etc., etc... Marian parecía conocer el viejo libreto al dedillo. Pero, como nota de interés, su historia incluía una novedad, un final diferente. Lejos de haber sido dañada por los alienígenas, nuestra testigo refiere que estos seres, a los que describió como enanos lampiños y cabezones, se comunicaron telepáticamente con ella desde un comienzo del contacto. La voz principal le habó así:
– Uno de los propósitos de esta expedición es la de comprobar el grado de adaptabilidad del ser humano a otros conocimientos de índole superior, conceptos y ambientes, así como buscar mentes abiertas y receptivas con las cuales establecer contactos de índole mental directa.-
Mientras “paseaban” en el aparato por los alrededores de la ciudad, varios de estos seres se conectaron al mismo tiempo con su mente, como si estuvieran “on line”, puerto a puerto en teleconferencia, y comenzaron a transmitirle enormes cantidades de datos binarios, conocimientos matemáticos, astronómicos, químicos, físicos, así como otras experiencias sensoriales que, según argumenta Marian, le es imposible describir por considerarlas intransferibles a nivel neuronal. Interrogada en profundidad por el perplejo Willie De Nard, Marian no pudo (o no quiso) dar mayores precisiones. Sus descripciones ambiguas y sus negativas de brindar mayores datos por considerar que “los humanos no están listos aún para tratar con estas nociones” desilusionaron a Willie. Según Marian, el alienígena a cargo de la experiencia le trasmitió la satisfacción que sentían por sus reacciones, se habían encontrado con una buena mente receptora capaz de tratar con imágenes y conceptos abstractos, aunque manifestó que si bien su psiquis era satisfactoria no resultaba del todo idónea, toda vez que ciertas penas y frustraciones le habían dejado cicatrices de rencor y de resentimiento, aún cuando esas mismas penas le habían otorgado un buen grado de comprensión y percepción subjetiva. Willie apagó su grabadora, guardó sus papeles y agradeció a la testigo por su tiempo, pensando con ironía que el único tiempo realmente malgastado allí había sido el suyo, cuando Marian se puso de pie y dijo: -"Como prueba de mis dichos, amigo, te mostraré algo para que guardes en tu corazón y revivas cada vez que pienses en este momento." Y dicho esto, Marian comenzó a cantar. Pero no lo hizo de cualquier manera. Un sordo rumor proveniente de su diafragma se abrió paso por su pecho hasta salir por su boca. Notas nunca antes escuchadas se entrelazaban majestuosamente en una sinfonía de singular belleza. Pero no se trataba solo de sonidos, pues un cúmulo de oscilaciones electromagnéticas se elevó por el aire, formando extraños y hermosos dibujos cuasi psicodélicos, plenos de emoción y color. Esa multiplicidad de frecuencias vibratorias levitaba al son de la extraordinaria “música”, generando una empatía en el ambiente, una suerte de psicofonía interestelar plena de frenesí y epifanía. Llegado a un punto de extrema tensión, algo así como el clímax de la experiencia multi sensorial, Marian terminó su canto, y despidió a Willie con deseos de paz y promesas de amistad.
Si bien Willie no pudo filmar ni grabar esta música (Marian se encargó de evitar eso), su perspectiva pasó de ser la de un investigador a la de un testigo presencial, lo que cambió radicalmente su forma de analizar los fenómenos extraterrestres de allí en más, teniendo en cuenta que junto con los contactos del 1º al 3º tipo tan habituales, podían darse situaciones en las que intervienen los pensamientos solidificados del espectador en las manifestaciones de una especie de telehipnosis ideoplástica, que logra fundir lo material con los objetos que carecen de corporeidad con algún componente fisiológico o ectoplasmático.
Había escuchado hablar de las creaciones arquetípicas del inconsciente, en las que el sujeto no resulta mero espectador fortuito de una actividad independiente, sino un perceptor selectivo que toma parte activa inconsciente en la concreta materialización de lo que es oído y observado, pero haberlo experimentado, no tiene precio.
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9.6.09
ESFERAS BRILLANTES DE LUZ SOBRE OLD MELDRUM.
Siguiendo el rastro de los OVNIS por Europa, John Van Alllon se dirigió hacia Dumbarton, Escocia respondiendo al llamado de Sir Alexander Towers quien le relataría esta inquietante historia.
Sir Alexander Charles Towers, 58 años, Conde de Dumbarton, se encontraba por asunto de negocios en Old Meldrum, norte de Escocia en compañía de su hijo Constantine Towers de 30 años.
Al caer el sol volvían por la carretera atravesando la campiña rumbo al este, como a 1 hora de viaje de la citada ciudad, cuando alertado por su hijo, pudo ver como 4 esferas luminosas estaban suspendidas sobre un campo, como a 50 mts de la banquina, razón por la cual se detuvieron la marcha de inmediato a fin de bajar del auto.
Según el Conde de Dumbarton, eran 4 esferas luminosas de una luz rojiza que según giraban tornaban a naranja brillante para volver al rojo intenso.
Median alrededor de 50 cm de diámetro y estaban suspendidas cerca de 1, 50 a 2 mts. sobre el campo. No emitían sonido alguno.
Intentaron tomar fotos o filmar el suceso con sus teléfonos celulares, los cuales no pudieron ser utilizados debido a una interferencia extraña que los inutilizaba de momento.
De repente las bolas comienzan a variar su luminosidad, de cada una de ellas baja un rayo de luz dirigido hacia el campo y empiezan a realizar una extraña y no menos hermosa coreografía con movimientos que denotaban inteligencia en las esferas de luz.
Esto no les tomó mas de 1 minuto cuando las esferas detuvieron su danza y aparentemente se percataron de la presencia de Sir Towers y su hijo e inmediatamente una de las bolas de luz se tornó amarilla intensa y comenzó a desplazarse velozmente rumbo a ellos.
Apoderados de un súbito terror, subieron raudos al Land Rover sin que este pudiera arrancar el motor o dar signos de paso de energía de la batería.
Para este momento la inquietante bola amarilla iluminaba el automóvil y se movía en círculos nerviosos alrededor del mismo, como inspeccionándolo.
Inesperadamente Sir Towers y su hijo Constantine vieron surgir del horizonte detrás de una lomada a unos 200 mts del auto, lo que aparentemente sería una nave metálica con forma de cigarro de unos 30 mts de largo, con una luz entre rojiza y rosa fuerte que la cruzaba a todo lo largo la cual de algún modo se comunicó con las esferas de luz , ya que las 4 bolas lumínicas que había en el campo, rápidamente se introdujeron en ella (no pudieron divisar abertura alguna).
Acto seguido, la nave en forma de cigarro efectuó un desplazamiento vertical, sin emitir sonido, a una velocidad increíble que la hizo desaparecer en fracciones de segundo de la vista de nuestros asustados amigos.
Una vez repuestos del comprensible susto, Sir Alexander y Constantine pudieron comprobar el correcto funcionamiento de sus teléfonos celulares y del automóvil, volviendo raudamente a la ciudad de Old Meldrum a fin de denunciar lo sucedido a las autoridades locales.
(La imágen de los fenómenos corresponden a una representación elaborada por nuestros artistas, en base al relato de primera mano de los protagonistas).-
Sir Alexander Charles Towers, 58 años, Conde de Dumbarton, se encontraba por asunto de negocios en Old Meldrum, norte de Escocia en compañía de su hijo Constantine Towers de 30 años.
Al caer el sol volvían por la carretera atravesando la campiña rumbo al este, como a 1 hora de viaje de la citada ciudad, cuando alertado por su hijo, pudo ver como 4 esferas luminosas estaban suspendidas sobre un campo, como a 50 mts de la banquina, razón por la cual se detuvieron la marcha de inmediato a fin de bajar del auto.
Según el Conde de Dumbarton, eran 4 esferas luminosas de una luz rojiza que según giraban tornaban a naranja brillante para volver al rojo intenso.
Median alrededor de 50 cm de diámetro y estaban suspendidas cerca de 1, 50 a 2 mts. sobre el campo. No emitían sonido alguno.
Intentaron tomar fotos o filmar el suceso con sus teléfonos celulares, los cuales no pudieron ser utilizados debido a una interferencia extraña que los inutilizaba de momento.
De repente las bolas comienzan a variar su luminosidad, de cada una de ellas baja un rayo de luz dirigido hacia el campo y empiezan a realizar una extraña y no menos hermosa coreografía con movimientos que denotaban inteligencia en las esferas de luz.
Esto no les tomó mas de 1 minuto cuando las esferas detuvieron su danza y aparentemente se percataron de la presencia de Sir Towers y su hijo e inmediatamente una de las bolas de luz se tornó amarilla intensa y comenzó a desplazarse velozmente rumbo a ellos.
Apoderados de un súbito terror, subieron raudos al Land Rover sin que este pudiera arrancar el motor o dar signos de paso de energía de la batería.
Para este momento la inquietante bola amarilla iluminaba el automóvil y se movía en círculos nerviosos alrededor del mismo, como inspeccionándolo.
Inesperadamente Sir Towers y su hijo Constantine vieron surgir del horizonte detrás de una lomada a unos 200 mts del auto, lo que aparentemente sería una nave metálica con forma de cigarro de unos 30 mts de largo, con una luz entre rojiza y rosa fuerte que la cruzaba a todo lo largo la cual de algún modo se comunicó con las esferas de luz , ya que las 4 bolas lumínicas que había en el campo, rápidamente se introdujeron en ella (no pudieron divisar abertura alguna).
Acto seguido, la nave en forma de cigarro efectuó un desplazamiento vertical, sin emitir sonido, a una velocidad increíble que la hizo desaparecer en fracciones de segundo de la vista de nuestros asustados amigos.
Una vez repuestos del comprensible susto, Sir Alexander y Constantine pudieron comprobar el correcto funcionamiento de sus teléfonos celulares y del automóvil, volviendo raudamente a la ciudad de Old Meldrum a fin de denunciar lo sucedido a las autoridades locales.
(La imágen de los fenómenos corresponden a una representación elaborada por nuestros artistas, en base al relato de primera mano de los protagonistas).-
8.6.09
ALIENS CURAN CUATRO CHICOS DE CANCER
Nuestra constante búsqueda de lo desconocido, nos lleva hoy hacia Andorra.
Contactado a fines de febrero de 2009 por Lupe Montoya, John Van Allon viajó al Viejo Continente a fin de tomar su testimonio de primera mano y aquí les deja este increíble y esperanzador relato.
Lupe Montoya trabaja como enfermera del Pyrenees Hospital de Los Niños de Andorra y vió como seis extraterrestres tomaron contacto con cuatro niños enfermos de cáncer terminal y posteriormente se curaron completamente.
Los extraterrestres tendrían cerca del metro y medio de altura y se presentaron por primera vez de madrugada.
En principio, la enfermera los confundió con dos niños que habían salido de sus camas del sector Oncología del Hospital. Pero cuando se aproximó a ellos pudo verles sus característicos grandes ojos negros de mirada penetrante, su piel grisácea, y su cabeza voluminosa. Lejos de asustarla, los seres le transmitieron una sensación de paz y seguridad con la mirada.
No obstante al ver que ambos seres se acercaban a la habitación de un niño de 7 años cuyas esperanzas de vida se acabarían esa semana víctima de una leucemia terminal, Lupe llamó a la seguridad del hospital y al Dr. Tomás Ruiz.
Los alienígenas se encontraban en ese momento al lado de la cama del niño y uno de los seres lo tocó con un dedo y un misterioso halo de luz lo rodeo por completo durante unos instantes.
Al dejar los aliens el hospital, el niño fue sometido a toda clase de análisis cuyos resultados sorprendieron a los médicos ya que su dolencia había sido curada por completo.
Dichas visitas con se repitieron a lo largo de varias semanas alrededor de la una de la madrugada y tres pacientes infantiles más pudieron sanar totalmente sus dolencias.
Estos hechos pudieron ser comprobados por los 14 profesionales médicos que se desempeñan en el mencionado hospital, quienes a su vez en algunos casos fueron testigos de las repetidas sesiones de sanación efectuadas por los aliens. Para los escépticos, no tienen más que revisar los diarios de la zona en febrero del corriente año, o directamente consultar los archivos de UNIFA, uno de los prestigiosos grupos internacionales de estudio de fenómenos extraterrestres.
Contactado a fines de febrero de 2009 por Lupe Montoya, John Van Allon viajó al Viejo Continente a fin de tomar su testimonio de primera mano y aquí les deja este increíble y esperanzador relato.
Lupe Montoya trabaja como enfermera del Pyrenees Hospital de Los Niños de Andorra y vió como seis extraterrestres tomaron contacto con cuatro niños enfermos de cáncer terminal y posteriormente se curaron completamente.
Los extraterrestres tendrían cerca del metro y medio de altura y se presentaron por primera vez de madrugada.
En principio, la enfermera los confundió con dos niños que habían salido de sus camas del sector Oncología del Hospital. Pero cuando se aproximó a ellos pudo verles sus característicos grandes ojos negros de mirada penetrante, su piel grisácea, y su cabeza voluminosa. Lejos de asustarla, los seres le transmitieron una sensación de paz y seguridad con la mirada.
No obstante al ver que ambos seres se acercaban a la habitación de un niño de 7 años cuyas esperanzas de vida se acabarían esa semana víctima de una leucemia terminal, Lupe llamó a la seguridad del hospital y al Dr. Tomás Ruiz.
Los alienígenas se encontraban en ese momento al lado de la cama del niño y uno de los seres lo tocó con un dedo y un misterioso halo de luz lo rodeo por completo durante unos instantes.
Al dejar los aliens el hospital, el niño fue sometido a toda clase de análisis cuyos resultados sorprendieron a los médicos ya que su dolencia había sido curada por completo.
Dichas visitas con se repitieron a lo largo de varias semanas alrededor de la una de la madrugada y tres pacientes infantiles más pudieron sanar totalmente sus dolencias.
Estos hechos pudieron ser comprobados por los 14 profesionales médicos que se desempeñan en el mencionado hospital, quienes a su vez en algunos casos fueron testigos de las repetidas sesiones de sanación efectuadas por los aliens. Para los escépticos, no tienen más que revisar los diarios de la zona en febrero del corriente año, o directamente consultar los archivos de UNIFA, uno de los prestigiosos grupos internacionales de estudio de fenómenos extraterrestres.
29.5.09
EL INTRIGANTE CASO DE DIONISIO LLANCA
Hoy recordaremos el caso más emblemático de los encuentros cercanos en Argentina: el caso Dionisio Llanca. Todo comienza la noche del 28 de octubre de 1973 en la ciudad de Bahía Blanca. Dionisio Llanca se encontraba viendo la televisión en casa de su tío. A las 0.30 apaga el televisor se calza su chaqueta y se dirige a su camión Dodge estacionado a unas 8 cuadras, dado que debía iniciar un largo viaje hasta río Gallegos, provincia de Santa Cruz. Ya en la ruta 3, faltando 30 km. para Médanos y a unos 19 km de Bahía Blanca, se da cuenta que su rueda trasera derecha estaba perdiendo aire y decide cambiarla él mismo al costado de la carretera, cerca de un montecito. Era aproximadamente la 1.30 hs. Cuando de repente ve a su izquierda, en dirección a Bahía Blanca, por la ruta 3, una luz amarillenta a una distancia de 2000 ms. Pensando que se trataría de un automóvil, continúa su tarea sin prestar más atención. De pronto, la luz se coloca detrás de él, encima de las copas de los árboles iluminando todo a su alrededor. Se quedó paralizado. Siente que lo toman por la parte de atrás de su camisa, lo hace girar y se encuentra con tres seres de aproximadamente 1,85 ms. De estatura, vestidos de uniforme gris muy ajustado al cuerpo, larga cabellera rubia hasta los hombros y guantes y botas naranjadas. Uno de los seres le hace una especie de punción en la mano derecha con un artefacto similar a una afeitadora. A partir de ese momento el camionero pierde el conocimiento y queda amnésico hasta el martes 30 de octubre a las 22 hs. En el Hospital Municipal de Bahía Blanca donde había sido internado al ser encontrado por la partida que había salido a buscarlo.
Todos los pormenores de la abducción serían rescatados mediante trances hipnóticos a los que fue sometido Llanca, por parte de los especialistas que tomaron el caso (dada la enorme repercusión pública). Así se pudo ir reconstruyendo la historia. Luego del desmayo, de la luz amarillenta sale un rayo de luz compacto que sirve como una rampa de hormigón. Por ella lo llevan los seres hacia lo que en definitiva no era otra cosa más que un aparato metálico de notables dimensiones, Allí lo analizan durante más de una hora. El objeto por dentro tenia una forma ovoidal, con una gran mampara que abarca todo el diámetro. Frente a él, un ser maneja un instrumental o tablero, sosteniendo una palanca con la mano izquierda. El ser que parecía una mujer, que oficiaba como una especie de enfermera, se cambia el guante naranja por uno negro que tiene punzones en la palma, y al intentar colocarlo en el temporal derecho de Llanca le pega en el arco superciliar izquierdo y se le produce un hematoma que los médicos humanos ratificarían posteriormente. Finaliza la práctica en la cabeza del protagonista, y siente que es anestesiado de su herida. Luego de algunos minutos se abren nuevamente las compuertas del ovni para lanzar otra vez el haz de luz compacto, depositando al Señor Llanca otra vez en el suelo, totalmente inconsciente, a unos 9 kms. y medio del lugar de donde había sido abducido. Se despierta y no recuerda ni como se llama, no sabe donde se encuentra ni como llegó hasta allí. Corre campo traviesa hacia las luces de la ciudad. Cuando se encuentra solo y desorientado, alguien lo reconoce y lo traslada hasta el Hospital. Lo demás, es historia conocida.
Todos los pormenores de la abducción serían rescatados mediante trances hipnóticos a los que fue sometido Llanca, por parte de los especialistas que tomaron el caso (dada la enorme repercusión pública). Así se pudo ir reconstruyendo la historia. Luego del desmayo, de la luz amarillenta sale un rayo de luz compacto que sirve como una rampa de hormigón. Por ella lo llevan los seres hacia lo que en definitiva no era otra cosa más que un aparato metálico de notables dimensiones, Allí lo analizan durante más de una hora. El objeto por dentro tenia una forma ovoidal, con una gran mampara que abarca todo el diámetro. Frente a él, un ser maneja un instrumental o tablero, sosteniendo una palanca con la mano izquierda. El ser que parecía una mujer, que oficiaba como una especie de enfermera, se cambia el guante naranja por uno negro que tiene punzones en la palma, y al intentar colocarlo en el temporal derecho de Llanca le pega en el arco superciliar izquierdo y se le produce un hematoma que los médicos humanos ratificarían posteriormente. Finaliza la práctica en la cabeza del protagonista, y siente que es anestesiado de su herida. Luego de algunos minutos se abren nuevamente las compuertas del ovni para lanzar otra vez el haz de luz compacto, depositando al Señor Llanca otra vez en el suelo, totalmente inconsciente, a unos 9 kms. y medio del lugar de donde había sido abducido. Se despierta y no recuerda ni como se llama, no sabe donde se encuentra ni como llegó hasta allí. Corre campo traviesa hacia las luces de la ciudad. Cuando se encuentra solo y desorientado, alguien lo reconoce y lo traslada hasta el Hospital. Lo demás, es historia conocida.
26.5.09
¡BASTA DE ABDUCCIONES ALIENIGENAS!
STOP ALIEN ABDUCTIONS
Para todos aquellos que teman ser abducidos, o para aquellos que ya han sufrido esta horrenda experiencia y quieren asegurarse que no se repetirá, salió al mercado la solución.
El casco de pantalla mental codifica la comunicación telepática entre los alienígenas y los seres humanos. Los alienígenas no pueden inmovilizar personas que lleven el casco ni pueden controlar su mente o comunicarse con ellos usando su telepatía, impidiendo el apoderamiento psíquico y posterior abducción.
Para todos aquellos que teman ser abducidos, o para aquellos que ya han sufrido esta horrenda experiencia y quieren asegurarse que no se repetirá, salió al mercado la solución.
El casco de pantalla mental codifica la comunicación telepática entre los alienígenas y los seres humanos. Los alienígenas no pueden inmovilizar personas que lleven el casco ni pueden controlar su mente o comunicarse con ellos usando su telepatía, impidiendo el apoderamiento psíquico y posterior abducción.
Su inventor, Michael Menkin, nos muestra su uso y fabricación en estas imágenes.
La clave del éxito del caso es el uso de un revestimiento protector fabricado en Velostat, semejando cuero de primera calidad.
98% es su tasa de éxito. Nada mal.
Más información en http://www.stopabductions.com/
La clave del éxito del caso es el uso de un revestimiento protector fabricado en Velostat, semejando cuero de primera calidad.
98% es su tasa de éxito. Nada mal.
Más información en http://www.stopabductions.com/
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BASTA DE ABDUCCIONES
22.5.09
EXTRAÑAS VISITAS.
Parque Patricios, Buenos Aires, Argentina, circa 1983.
Estela Pastrana, casada, 50 años, ama de casa, sufrida víctima de reiterados casos de visita y abducción por parte de seres extraterrestres, se puso en contacto con nosotros y nos brindó este espeluznante relato:
- Algunas noches, luego de dormirme, se iluminaba de repente toda mi pieza, y de ese resplandor salían tres seres muy delgados, de color grisáceo, con ojos grandes y nariz y boca indefinidas, sin orejas, caminaban en dos piernas y tenían dos brazos de dedos largos y finos. De alguna forma me inmovilizaban y me enmudecían. Automáticamente aparecíamos en una especie de pabellón metálico, que yo identifiqué como una nave. Me apoyaban sobre una mesa fría y entre los tres me examinaban el cuerpo, especialmente los ojos, todo con extraños artefactos. Durante estas prácticas se comunicaban mentalmente conmigo para tranquilizarme y decirme que no me harían daño. No puedo determinar cuánto tiempo pasaba, no tenía noción del tiempo, podía ser un minuto o varias horas. Luego, en un momento, yo aparecía nuevamente en mi pieza, habiendo recuperado los movimientos y la facultad de hablar. Estas visitas y traslados se repitieron muchas veces, de forma casi idéntica, cada veinte o treinta días aproximadamente, y durante algo así como seis meses. No me quedaban marcas ni heridas externas, solo un gran ardor en los ojos y algunas lastimaduras en la garganta, por los aparatos que me introducían. También me quedaba una sensación de pánico que duraba varios días. La última vez que me llevaron, las cosas fueron un poco diferentes. Esa vez aparecí en un amplio salón blanco rodeada de infinidad de seres. Me trasladaban en una especie de camilla por todo el lugar y los seres se acercaban a mirarme y tocarme. Pude reconocer algunos que podrían ser alienígenas femeninos con sus “niños” en brazos. Ante mis preguntas sobre sus intenciones solo se limitaban a tranquilizarme y asegurarme que no me harían daño. Me devolvieron a mi habitación y nunca más volvieron desde entonces. Así como lo viví se los cuento, y no puedo agregar nada más.-
Parque Patricios, Buenos Aires, Argentina, circa 1983.
Estela Pastrana, casada, 50 años, ama de casa, sufrida víctima de reiterados casos de visita y abducción por parte de seres extraterrestres, se puso en contacto con nosotros y nos brindó este espeluznante relato:
- Algunas noches, luego de dormirme, se iluminaba de repente toda mi pieza, y de ese resplandor salían tres seres muy delgados, de color grisáceo, con ojos grandes y nariz y boca indefinidas, sin orejas, caminaban en dos piernas y tenían dos brazos de dedos largos y finos. De alguna forma me inmovilizaban y me enmudecían. Automáticamente aparecíamos en una especie de pabellón metálico, que yo identifiqué como una nave. Me apoyaban sobre una mesa fría y entre los tres me examinaban el cuerpo, especialmente los ojos, todo con extraños artefactos. Durante estas prácticas se comunicaban mentalmente conmigo para tranquilizarme y decirme que no me harían daño. No puedo determinar cuánto tiempo pasaba, no tenía noción del tiempo, podía ser un minuto o varias horas. Luego, en un momento, yo aparecía nuevamente en mi pieza, habiendo recuperado los movimientos y la facultad de hablar. Estas visitas y traslados se repitieron muchas veces, de forma casi idéntica, cada veinte o treinta días aproximadamente, y durante algo así como seis meses. No me quedaban marcas ni heridas externas, solo un gran ardor en los ojos y algunas lastimaduras en la garganta, por los aparatos que me introducían. También me quedaba una sensación de pánico que duraba varios días. La última vez que me llevaron, las cosas fueron un poco diferentes. Esa vez aparecí en un amplio salón blanco rodeada de infinidad de seres. Me trasladaban en una especie de camilla por todo el lugar y los seres se acercaban a mirarme y tocarme. Pude reconocer algunos que podrían ser alienígenas femeninos con sus “niños” en brazos. Ante mis preguntas sobre sus intenciones solo se limitaban a tranquilizarme y asegurarme que no me harían daño. Me devolvieron a mi habitación y nunca más volvieron desde entonces. Así como lo viví se los cuento, y no puedo agregar nada más.-
TOCADOS EN LO MAS PROFUNDO
Potrero de los Funes, Provincia de San Luis, Argentina, 2003.
-Edgardo G. y Maribel F., pareja local (se preservan identidades) atravesaron durante la primavera de 2003 la más espantosa situación que el destino les tendría preparada. Esa noche cálida de octubre decidieron salir a pasear por las afueras de la ciudad con su automóvil, un viejo Ford modelo 68. La noche sin nubes y con una brillante luna llena era propicia para llegar hasta la Garganta de los Cóndores, lugar del que ambos disfrutaban a menudo. En un recodo del camino, cuando debían atravesar un pequeño bosquecillo de algarrobos y caldenes de no más de quinientos metros, comenzaron a escuchar un extraño zumbido sobre sus cabezas. Una luz intensa se colaba entre los árboles, como si la luna hubiera comenzado a seguirlos estruendosamente. Al instante percibieron que algo andaba mal. Edgardo aceleró todo lo que pudo al viejo Ford, movido por su instinto de conservación, aunque todo fue inútil. Antes de abandonar el pequeño bosque el auto se detuvo sin que Edgardo pudiera controlarlo. Un grupo de seis o siete seres muy extraños apareció rápidamente junto al vehículo. Los humanoides eran de un metro y medio de estatura promedio, con grandes cabezas verduscas como de reptil, enormes ojos amarillos y se encontraban ataviados con unos brillantes trajes de color metálico, forrado en escamas plateadas. Sin perder tiempo procedieron a tomar prisioneros a los aterrorizados puntanos, a los que llevaron hasta una especie de nave fungiforme que esperaba flotando a poca altura. Al situarse debajo de la misma, un haz de luz los elevó en segundos hasta el interior. Una vez allí, fueron sometidos a distintos tratamientos. Según el angustiado relato de Edgardo, los seres se quitaron los trajes y mostraron su cuerpo desnudo, similares a enormes reptiles erguidos sobre dos piernas, y no parecían amistosos. Despojaron a la pareja de sus ropas y los colocaron sobre una especie de camilla, amarrando sus piernas y brazos mediante unas bandas sujetadoras. Llevaron a cabo sobre sus cuerpos todo tipo de brutales prácticas “médicas” que incluyeron extracción de todo tipo de fluidos corporales (sangre, mucus, líquido seminal, materia fecal y orines), así como grandes porciones de piel. Todas las heridas eran cicatrizadas al instante mediante un rayo fluorescente que manejaba el que parecía ser el jefe. Como práctica final, fueron penetrados sexualmente por los enormes reptiles, quienes si bien eran seres con proporciones humanas, no lo eran en cuanto a sus miembros reproductores. Una vez que fueron violados por todos los reptiles presentes, la infortunada pareja fue arrojada de la nave, pudiendo escapar en su automóvil a toda velocidad.
Ambos quedaron muy sugestionados, han perdido su vida social y viven prácticamente encerrados en su finca. Como no soportan la presencia de extraños, solo pudimos comunicarnos con ellos a través de medios informáticos.
Aún hoy, a casi 6 años del encuentro, al mirar al cielo por las noches se estremecen de terror.
-Edgardo G. y Maribel F., pareja local (se preservan identidades) atravesaron durante la primavera de 2003 la más espantosa situación que el destino les tendría preparada. Esa noche cálida de octubre decidieron salir a pasear por las afueras de la ciudad con su automóvil, un viejo Ford modelo 68. La noche sin nubes y con una brillante luna llena era propicia para llegar hasta la Garganta de los Cóndores, lugar del que ambos disfrutaban a menudo. En un recodo del camino, cuando debían atravesar un pequeño bosquecillo de algarrobos y caldenes de no más de quinientos metros, comenzaron a escuchar un extraño zumbido sobre sus cabezas. Una luz intensa se colaba entre los árboles, como si la luna hubiera comenzado a seguirlos estruendosamente. Al instante percibieron que algo andaba mal. Edgardo aceleró todo lo que pudo al viejo Ford, movido por su instinto de conservación, aunque todo fue inútil. Antes de abandonar el pequeño bosque el auto se detuvo sin que Edgardo pudiera controlarlo. Un grupo de seis o siete seres muy extraños apareció rápidamente junto al vehículo. Los humanoides eran de un metro y medio de estatura promedio, con grandes cabezas verduscas como de reptil, enormes ojos amarillos y se encontraban ataviados con unos brillantes trajes de color metálico, forrado en escamas plateadas. Sin perder tiempo procedieron a tomar prisioneros a los aterrorizados puntanos, a los que llevaron hasta una especie de nave fungiforme que esperaba flotando a poca altura. Al situarse debajo de la misma, un haz de luz los elevó en segundos hasta el interior. Una vez allí, fueron sometidos a distintos tratamientos. Según el angustiado relato de Edgardo, los seres se quitaron los trajes y mostraron su cuerpo desnudo, similares a enormes reptiles erguidos sobre dos piernas, y no parecían amistosos. Despojaron a la pareja de sus ropas y los colocaron sobre una especie de camilla, amarrando sus piernas y brazos mediante unas bandas sujetadoras. Llevaron a cabo sobre sus cuerpos todo tipo de brutales prácticas “médicas” que incluyeron extracción de todo tipo de fluidos corporales (sangre, mucus, líquido seminal, materia fecal y orines), así como grandes porciones de piel. Todas las heridas eran cicatrizadas al instante mediante un rayo fluorescente que manejaba el que parecía ser el jefe. Como práctica final, fueron penetrados sexualmente por los enormes reptiles, quienes si bien eran seres con proporciones humanas, no lo eran en cuanto a sus miembros reproductores. Una vez que fueron violados por todos los reptiles presentes, la infortunada pareja fue arrojada de la nave, pudiendo escapar en su automóvil a toda velocidad.
Ambos quedaron muy sugestionados, han perdido su vida social y viven prácticamente encerrados en su finca. Como no soportan la presencia de extraños, solo pudimos comunicarnos con ellos a través de medios informáticos.
Aún hoy, a casi 6 años del encuentro, al mirar al cielo por las noches se estremecen de terror.
CORRE POR TU VIDA
Chacharramendi, Provincia de La Pampa, Argentina. Marzo 2005.-
El 23 de marzo de 2005 tiene lugar en Chacharramendi, Provincia de La Pampa, uno de los casos paradigmáticos de la ufología argentina. Su inesperado protagonista fue Don Clorindo Malman (Clota, para los amigos), un señorón de sesenta años, de seco temple ganadero, aparcero de un campo local y famoso por su honestidad y bravura.
La noche del suceso, Clota se había olvidado de revisar las verijas del alazán padrillo, y alrededor de las 23 hs. decide salir de la chacra y ocuparse de esa tarea en el haras distante ochocientos metros campo traviesa.
Cuando iba llegando, oye los desesperados relinchos de los yeguarizos, como si algo los estuviera asustando. Corrió todo lo que pudo hacia el lugar, y de pronto se le ilumina la zona como si fuese de día, y no puede creer lo que veían sus ojos. Ahicito, no más, a pocos metros de él, ve suspendido en el aire un objeto de unos 30m de diámetro (según su estimación), que lo hizo paralizarse de terror.
Lo primero que hace, instintivamente, es sacar un facón desde atrás de su cintura, ya que estaba viendo que desde lo que parecía una rampa, se asomaban tres seres muy pequeños que flotaban velozmente, definiéndolos como “enormes duendes cabezones, muy blancos, y muy iluminados”.
Lo peor ocurre cuando desde el objeto volante comienzan a lanzarle rayos violáceos que iban quemando todo a su paso. Escondido detrás de un árbol, nota que el objeto lo busca con su rayo. Sin poder escapar a tiempo, recibe un rayo que quema el árbol, parte de la cara de Clota y cae desvanecido.
Cuando Clorindo se despierta, luego de varias horas, se retira del lugar arrastrándose por el pasto, muy lastimado. Del platillo solo quedaban las marcas del ataque y los cadáveres de varios animales, los cuales parecían haber sido diseccionados quirúrgicamente y sin una sola gota de sangre. Pasado el horror y curadas las heridas, Don Clorindo se dedicó a dar a conocer su historia, iniciando un grupo de investigación que ha colaborado en muchas ocasiones con estos especialistas.
El 23 de marzo de 2005 tiene lugar en Chacharramendi, Provincia de La Pampa, uno de los casos paradigmáticos de la ufología argentina. Su inesperado protagonista fue Don Clorindo Malman (Clota, para los amigos), un señorón de sesenta años, de seco temple ganadero, aparcero de un campo local y famoso por su honestidad y bravura.
La noche del suceso, Clota se había olvidado de revisar las verijas del alazán padrillo, y alrededor de las 23 hs. decide salir de la chacra y ocuparse de esa tarea en el haras distante ochocientos metros campo traviesa.
Cuando iba llegando, oye los desesperados relinchos de los yeguarizos, como si algo los estuviera asustando. Corrió todo lo que pudo hacia el lugar, y de pronto se le ilumina la zona como si fuese de día, y no puede creer lo que veían sus ojos. Ahicito, no más, a pocos metros de él, ve suspendido en el aire un objeto de unos 30m de diámetro (según su estimación), que lo hizo paralizarse de terror.
Lo primero que hace, instintivamente, es sacar un facón desde atrás de su cintura, ya que estaba viendo que desde lo que parecía una rampa, se asomaban tres seres muy pequeños que flotaban velozmente, definiéndolos como “enormes duendes cabezones, muy blancos, y muy iluminados”.
Lo peor ocurre cuando desde el objeto volante comienzan a lanzarle rayos violáceos que iban quemando todo a su paso. Escondido detrás de un árbol, nota que el objeto lo busca con su rayo. Sin poder escapar a tiempo, recibe un rayo que quema el árbol, parte de la cara de Clota y cae desvanecido.
Cuando Clorindo se despierta, luego de varias horas, se retira del lugar arrastrándose por el pasto, muy lastimado. Del platillo solo quedaban las marcas del ataque y los cadáveres de varios animales, los cuales parecían haber sido diseccionados quirúrgicamente y sin una sola gota de sangre. Pasado el horror y curadas las heridas, Don Clorindo se dedicó a dar a conocer su historia, iniciando un grupo de investigación que ha colaborado en muchas ocasiones con estos especialistas.
LOS CIRCULOS DE CULTIVO, O CROP CIRCLES
Muchos habrán visto u oído hablar de los círculos de cultivo, círculos del trigo o crop circles. Las imágenes que verás en esta página, son acontecimientos reales que han tenido lugar en campos de cereales en todo el mundo, cuyos orígenes son todavía desconocidos, aunque existen indicios claros de presencia extraterrestre en su formación.
En el Reino Unido, los granjeros recuerdan haber visto círculos y dibujos parecidos desde hace generaciones. A principios de los años 80, la prensa británica informó sobre este fenómeno por primera vez. Ya por los años 90 este fenómeno había “estallado” entre el público en general conforme que los simples círculos se convirtieron en enormes y complejas formaciones geométricas.
Los Círculos de Trigo ya son un fenómeno mundial y cada año nuevos informes llegan de un cada vez mayor número de países. Sin embargo, la concentración mayor de este fenómeno sigue siendo en los lugares sagrados del Sur de Inglaterra y en particular los lugares cerca de STONEHENGE, y también en AVEBURY HILL, CAÑADA DE GOMEZ, INDIANA, BELO HORIZONTE, KENYA, etc.
En el Reino Unido, los granjeros recuerdan haber visto círculos y dibujos parecidos desde hace generaciones. A principios de los años 80, la prensa británica informó sobre este fenómeno por primera vez. Ya por los años 90 este fenómeno había “estallado” entre el público en general conforme que los simples círculos se convirtieron en enormes y complejas formaciones geométricas.
Los Círculos de Trigo ya son un fenómeno mundial y cada año nuevos informes llegan de un cada vez mayor número de países. Sin embargo, la concentración mayor de este fenómeno sigue siendo en los lugares sagrados del Sur de Inglaterra y en particular los lugares cerca de STONEHENGE, y también en AVEBURY HILL, CAÑADA DE GOMEZ, INDIANA, BELO HORIZONTE, KENYA, etc.
Aunque hay muchas teorías acerca de su creación, nadie ha sido capaz de explicar satisfactoriamente la manera exacta en que se crean estos dibujos. Pero quizás alguna de las pruebas más convincentes que existen son los varios videoclips que muestran pequeñas “bolas de luz blanca” sobrevolando cerca de los dibujos o a veces entrando y saliendo de ellos!.
Muchas de estas luces han sido filmadas en plena luz del día y parecen moverse con un sentido de “propósito” e “inteligencia”, lo cual podía insinuar la posibilidad de que existe una unión clara entre la aparición de estas bolas de luz y la formación de estos dibujos.
Entre los presuntos significados o explicaciones al fenómeno podemos nombrar que pueden ser portales a una dimensión desconocida, señales de navegación interestelar, mensajes encriptados dirigidos a la humanidad o a la comunidad galáctica, obras de arte entregadas a la humanidad como legado de civilizaciones superiores, y muchas otras. Aunque el complot mundial de las superpotencias niegue la verdad, no hay otra explicación que la de fuerzas alienígenas dejando marcas o mojones cósmicos para otros visitantes del espacio.
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